El 23 de febrero es uno de esos días que a uno le vuelven provocar mucha felicidad, aunque parezca una paradoja, pero sí, a partir de ahora será un día grande para recordar y para olvidar el pasado.
Sabes, nació mi niña Leire, y os lo cuento hoy porque no he podido antes.
Hoy, más tranquilas-os en casa, es un día de esos que, cada año que pasa, uno se da cuenta que es más importante porque más importancia toma cada día que falta por pasar, sin llegar a discernir con absoluta claridad qué es más importante, si el tiempo vivido o el que queda por vivir. Y tan grato es mirar hacia delante como mirar hacia detrás. Recordar y soñar.
Leire nos enseñará, sin querer, que lo importante es precisamente eso: mirar.
Tratar de mirar la vida y el mundo con ojos de niña es recobrar un poquito la cordura. Y sí, creo que desde hoy recobraremos poco a poco la mirada. Se centra y hace zoom para acercarse donde debe, con función macro para no emborronar la imagen y se aleja para captar los paisajes a lo grande, como merece la vida, y sin perder detalle.
Y recobrando la cordura uno recobra sus riendas, y su sonrisa, por dentro y por fuera.
Pero ¡ah!, todo eso, por suerte, no lo hace uno solo.
Tengo otra suerte, ni mayor ni mejor, sino otra más, otra distinta y no; que apaga miedos, que luce en la noche; que reconforta en el día; que sujeta escaleras para que uno no caiga, o pierda, por lo menos, el temor a caer; o cuando están muy altas las cuerdas, sube ella. Ella, que es Mª José, también me hace y provoca sonreír, para compartir mucho más allá de la boca. Mucho más allá que la risa. La vida.
Si a alguien le debo la fuerza con la que agarro mis riendas, es a ella, mujer y ahora también, madre. A ella le dedico esta noche en la que, feliz, el viento sopla, pero no puede ni podrá arrancar las estrellas que alumbran mi vida.
Que tengáis un feliz día. Salva.
Es una maravilla de persona la que comunica este comunicado tan bonito y emocionante. Gracias a Dios que hay hombres a los que se les ilumina la mente ante este gran acontecimiento, saludos y besos de Enri.
ResponEliminaEnhorabuena a los dos y que disfruteis mucho de vuestra hija. Si Leire se parece a vosotros podeis estar seguros de que será una gran persona. Un fuerte abrazo. Iván.
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